Satie trabajó varios años como pianista en los cabarets de Montmartre, entre otros en el famoso Gato Negro. La imagen de este gato, por cierto, es bastante popular entre las universitarias más cool de Biensevé, que forran sus carpetas con ella. El músico sirio Abed Azrié describe la música de Satie en el libreto del disco que mi padre me regaló (cosa que le agradezco) de la siguiente manera: "su música, a través de la simplicidad pura, repetición monótona y armonías extremadamente singulares, evoca el mundo antiguo, y se encuentra en el origen de la evolución de nuestra propia música contemporánea". No estoy seguro de si Azrié se refiere con "nuestra" a la música clásica en general o sólo a la de raíz arábiga, pero como el título del disco es Satie en Orient pienso que debe de ser lo segundo.
El sonido de máquinas de escribir o el de un revólver puede encontrarse en sus últimas obras, las que gustaron a los vanguardistas. La que incluyo es una composición de 1888, que tiene un aire misterioso, evocador del París decadente de finales del siglo XIX en el que vivió este músico bohemio, distinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.