lunes, 9 de abril de 2012

La batalla de Herne Bay


El mar del Norte es gris verdoso. No huele a mar. Herne Bay, que está a pocos kilómetros de Canterbury, tiene una playa de piedras, y la gente se entretiene acertándole al cartel con ellas, como se ve en la foto. No me extraña que prefieran el verano de España. Fallos como este aparte, este pueblo es un sitio tranquilo y agradable donde pasar una tarde de domingo.










En Herne Bay había un paseo sobre un muelle que se llevó una tormenta.  Todavía puede verse en el mar el edificio en el que terminaba.  Os lo muestro... pero... cuidado.  Vincent le señala a Dashima el pabellón del almirante Pocock, que según las últimas noticias tomó La Habana en 1762.  Quiere recibir al héroe como se merece.






"¡Cojigato! ¡Casariego! ¡Bulto! ¡Miniatura! ¡Timorato! ¡Juke-box! ¡Ladrón! ¡Llanta! ¡Trapacero! ¡Hotentote! ¡Pirita! ¡Vocífero! ¡Goloso! ¡Cazalla! ¡Torpe! ..."

"¡Nación ingrata!", debió de pensar el buen almirante, que se fue con viento fresco.  Mi compañera rusa Dashima posa en la victoria junto a Sharon, de isla Mauricio.  Fuimos a celebrarlo a Mr. Beano, un bar de viejos inglés. Era lo que buscaba, porque quería probar el shepherds pie, que conozco por Ray Davies.  Este plato es básicamente carne picada con puré de patatas por encima.  No estaba mal pero mi madre lo hace bastante mejor y no es inglesa.  Lo extraordinario del restaurante era que sirve desayunos todo el día.








“Un castillo nace de entre las brumas y el corazón del hombre”, que dicen los escritos.  Herne Bay, hasta luego.

2 comentarios:

  1. Gracias hombre.

    Pablo, no sé tu dirección así que te dejo aquí este vídeo, http://www.youtube.com/watch?v=zvR2QiJ8wno

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.