lunes, 30 de abril de 2012

En bici a Whitstable

Yang Dao de China, Beth de Estados Unidos, Jane de Hong Kong, Vincent de Suevia, Pille de Estonia, en la línea de salida.  Tuvimos suerte, porque después de varios días de lluvia, la mañana despejó.












En camino, aún cerca de la universidad, hubo que hacer un alto, y no fue el único, porque la bici de una de las chicas era poco versátil y se quedaba atrás en las cuestas.  La que a mí me dejaron tenía marchas mil y el sillín alto.













Una media hora después, hecha la mitad del recorrido.

















El puerto de Whitstable.  A los barcos se accede mediante escaleras.  Curioso, ¿no? 


Junto al mar del Norte comiendo un grasiento fish and chips.  Este bacalao era pariente lejano del bacalao español (me refiero, claro, a la forma de prepararlo, desde salazón.  No es casualidad que la pescadería del puerto no oliera mucho a pescado).  No me pude terminar las patatas.  Como decía la canción, pescado con patatas aquí son fish and chips, prefiero una tortilla con un vino del país.  Tomé también un poco de queso, de una cuñita que compré en el pueblo.  Era queso de cabra, que el vendedor, que parecía salido de un comercio de los años treinta, me comparó con el manchego.  Estaba bien.


En la calle principal del pueblo.  Le pedí a Beth que posara para poder sacar al del cochecito.  Qué no hubiera dado Pepe Isbert por uno así.  Se ven bastante por aquí estos ingenios.  Poco después cogimos las bicis para regresar.  Llovió un poco al principio, pero luego tuvimos buen camino.

domingo, 29 de abril de 2012

Un músico distinto: Erik Satie

Erik Satie, nacido en 1866, fue un músico francés que rechazó las normas académicas y puso las bases de una nueva tradición musical.  Debussy, Ravel, Stravinsky, Apollinaire o Picasso estuvieron entre sus admiradores.  Eligió vivir en la pobreza y murió en 1925.



Satie trabajó varios años como pianista en los cabarets de Montmartre, entre otros en el famoso Gato Negro.  La imagen de este gato, por cierto, es bastante popular entre las universitarias más cool de Biensevé, que forran sus carpetas con ella.  El músico sirio Abed Azrié describe la música de Satie en el libreto del disco que mi padre me regaló (cosa que le agradezco) de la siguiente manera: "su música, a través de la simplicidad pura, repetición monótona y armonías extremadamente singulares, evoca el mundo antiguo, y se encuentra en el origen de la evolución de nuestra propia música contemporánea".  No estoy seguro de si Azrié se refiere con "nuestra" a la música clásica en general o sólo a la de raíz arábiga, pero como el título del disco es Satie en Orient pienso que debe de ser lo segundo.

El sonido de máquinas de escribir o el de un revólver puede encontrarse en sus últimas obras, las que gustaron a los vanguardistas.  La que incluyo es una composición de 1888, que tiene un aire misterioso, evocador del París decadente de finales del siglo XIX en el que vivió este músico bohemio, distinto.





miércoles, 11 de abril de 2012

Pilotos de altura


 

El músico David Crosby declaró en 1970 su extrañeza al ver que la guerra de Vietnam seguía, aún después de haberse publicado el Sgt. Pepper's de los Beatles.

¿Cuánto puede afectarnos un disco, un libro, una película?   Hoy he visto Nausicaä del Valle del Viento, un film japonés animado del año 1984, y pienso que una película así tiene que hacernos por fuerza mejores personas.  Es una aventura original y emocionante.  Es tierna y cruda a la vez.  Es orgánica, porque crea un mundo y le da sentido.  Y tiene mensaje:  defiende el respeto a la naturaleza, y lo hace con una coherencia que soprende.  Me hace desear que fueran así todas las creaciones de nuestra cultura.

Os invito desde aquí a participar, con una respuesta que incluya el nombre de una película, un disco o un libro que os parezca que todos debemos conocer, y el por qué.   Sgt. Pepper's incluído.

lunes, 9 de abril de 2012

La batalla de Herne Bay


El mar del Norte es gris verdoso. No huele a mar. Herne Bay, que está a pocos kilómetros de Canterbury, tiene una playa de piedras, y la gente se entretiene acertándole al cartel con ellas, como se ve en la foto. No me extraña que prefieran el verano de España. Fallos como este aparte, este pueblo es un sitio tranquilo y agradable donde pasar una tarde de domingo.










En Herne Bay había un paseo sobre un muelle que se llevó una tormenta.  Todavía puede verse en el mar el edificio en el que terminaba.  Os lo muestro... pero... cuidado.  Vincent le señala a Dashima el pabellón del almirante Pocock, que según las últimas noticias tomó La Habana en 1762.  Quiere recibir al héroe como se merece.






"¡Cojigato! ¡Casariego! ¡Bulto! ¡Miniatura! ¡Timorato! ¡Juke-box! ¡Ladrón! ¡Llanta! ¡Trapacero! ¡Hotentote! ¡Pirita! ¡Vocífero! ¡Goloso! ¡Cazalla! ¡Torpe! ..."

"¡Nación ingrata!", debió de pensar el buen almirante, que se fue con viento fresco.  Mi compañera rusa Dashima posa en la victoria junto a Sharon, de isla Mauricio.  Fuimos a celebrarlo a Mr. Beano, un bar de viejos inglés. Era lo que buscaba, porque quería probar el shepherds pie, que conozco por Ray Davies.  Este plato es básicamente carne picada con puré de patatas por encima.  No estaba mal pero mi madre lo hace bastante mejor y no es inglesa.  Lo extraordinario del restaurante era que sirve desayunos todo el día.








“Un castillo nace de entre las brumas y el corazón del hombre”, que dicen los escritos.  Herne Bay, hasta luego.

Pies en el barro

Mi canción favorita del último álbum de Juan Perro.