Quien se haya leído El secreto del Unicornio, recordará, seguramente, la frase del vendedor del mercadillo. Yo, al menos, la recuerdo. "Es una 'caramela' de los tiempos pasados", le dice a Tintín, refiriéndose al modelo de un buque que contiene una pista del secreto. Esa peculiaridad, que desaparece en la película, para mí forma parte de Tintín. No era fácil, por tanto, conseguir que me convencieran, y no lo han conseguido. Muchas cosas se quitan en esta adaptación, y muchas cosas se añaden. Lo más extraño es que se entrelazan las tramas de El secreto del Unicornio y El cangrejo de las pinzas de oro. Y aunque ahí están los Fernández, Rackham el Rojo, el señor Salado, y hasta el mismísimo Hergé, y la película es entretenida, y luce, también es apresurada y violenta, y acaba por traicionar el espíritu de la serie. La recordaré sobre todo por haberla visto en 3D, con esas gafas que se ven en la foto, las que tienen mis compañeros Aric y Vincent, y que yo encuentro algo borroso.
Y si nos fijamos bien, cuando Tintín examina el libro de la biblioteca y el cuadro en el que se supone aparece el Unicornio,¿que nos encontramos? El navío insignia de la Armada Española, Santísima Trinidad.
ResponderEliminarY que conste que me di cuenta solo con ver el velamen y el gallardete.
Yo me di cuenta escuchando el ruido de las olas contra la madera... chavalín.
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