jueves, 6 de octubre de 2011
Calvinball
El próximo día me dedico al calvinball. Ya sabéis, ese juego donde uno se inventa las reglas sobre la marcha. Tengo el cuerpo hecho polvo, molido. Eran más de diez años sin jugar al fútbol y claro. Yo colgué las botas al teminar el colegio. Y hoy, porque lo echaba de menos, se me ocurrió jugar con unos chavales. Fútbol espurio, dolor de huesos y cinco libras por entrar, el fútbol sala se acabó para mí. Si acaso supiera tocar el balón como lo hacía mi amigo Javi... Nada, nada, la próxima vez, calvinball.
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