jueves, 27 de octubre de 2011

Brevísima Relación...

... ¿de la Destrucción de las Indias?  ¡No, hombre!  De mis visitas a Londres. 


La ciudad se articula en torno al río.  El Támesis, que es un río enorme, la ha hecho grande.  En su día, trayendo y llevando gente, hoy, obligándola a construir grande.  Londres, al contrario que mi querida Biensevé, puede ser ambiciosa.  Biensevé, con poquito que haga, parece excesiva.  ¡Cuánto tiempo tardará mi ciudad en pagar sus gallardías!
El puente que se ve en la foto es el Puente de Londres. Al fondo puede verse la torre de Norman Foster.



He aquí un icono.  El Big Ben, los autobuses de dos pisos, el Parlamento, me gustaron, pero ya me los esperaba.  ¡Este no!  La antigua central termoeléctrica de Battersea me impresionó, no sólo por su diseño, sino también por ser, claro, la que sale en la portada del disco de Pink Floyd Animals.  En Hijos de los Hombres, la película de Cuarón, también aparece.  Si ampliáis la foto, veréis el característico cerdo hinchable, que no estaba y yo le he añadido.  


 
"Look out" quiere decir "cuidado".  Es lo que indica este cartel en el barrio de Chelsea, donde está el consulado de España.  En las calles inglesas es común encontrar esta advertencia, que señala que los vecinos también montan guardia.  Será porque Chelsea es un barrio bien, que tienen este cartel tan chulo.  El caso es que, caminando, di con un restaurante de comida rápida, que ofrecía sándwiches en la calle y que no tenía a nadie fuera vigilando.  ¡Qué cultura tan distinta, la cultura del que tiene!  No hubo alarma.  Yo seguí mi camino, a la excelente galería de dinosaurios del Museo de Historia Natural.  Y las mangostas continuaron vigilando a las serpientes.






Una vista de una calle señorial de Londres, Brompton, y no es la única.  Es como si la Gran Vía se hubiera desparramado por media ciudad.  En esta en concreto están los grandes almacenes Harrods, que seguro que le hubiera gustado ver a mi madre, y que confieso que yo pasé de largo.  De la foto me gustan, sí, las fachadas, pero también los coches de formas redondeadas, y el autobús de dos pisos.




La catedral de San Pablo, desde el Puente del Milenio.  La ciudad de noche es bonita, aunque haga un frío de bigote, como diría el capitán Haddock.  Eché un poco de menos el frío seco de Biensevé.  El grupo de chicos que acampaba junto a la catedral, que lo sufría igual, tenía otro motivo para la queja.  Dos "bobbies", dos policías londinenses, los vigilaban.  "El capitalismo es crisis", rezaba su pancarta, una plegaria escrita en letras rosas.  Con suerte, el combativo San Pablo se pondrá de su lado y campeará por ellos.  Estos tiempos llaman a extrañas alianzas.  Si esto ocurre yo, contad con ello, estaré allí para sacar la foto.  Y comentarla.  Quién sabe si no será en mi próxima visita a Londres...






jueves, 6 de octubre de 2011

Calvinball



El próximo día me dedico al calvinball.  Ya sabéis, ese juego donde uno se inventa las reglas sobre la marcha. Tengo el cuerpo hecho polvo, molido.  Eran más de diez años sin jugar al fútbol y claro.  Yo colgué las botas al teminar el colegio.  Y hoy, porque lo echaba de menos, se me ocurrió jugar con unos chavales.  Fútbol espurio, dolor de huesos y cinco libras por entrar, el fútbol sala se acabó para mí.  Si acaso supiera tocar el balón como lo hacía mi amigo Javi...  Nada, nada, la próxima vez, calvinball.

lunes, 3 de octubre de 2011

La ventana abierta



La ventana por la que miro.

Mar cruel


Estuve en el cine del campus.  Fui a ver Mar Cruel, una película sobre la experiencia de una tripulación en la Batalla del Atlántico, hecha en 1953.  No estuvo mal.  Lo mejor para mí fue poder verla en una pantalla de cine.  Las películas de sobremesa pierden mucho en la televisión. 

En los anuncios, derramé una lagrimilla intelectual al escuchar la canción "Days" de los Kinks, que promocionaba un coche.