viernes, 23 de septiembre de 2011

Casa tomada

Hay un cuento breve de Cortázar que se llama Casa tomada.  Si lo conoces, recordarás cómo dos personas que están en su casa sienten una presencia, algo que les obliga a ir dejando la casa habitación tras habitación hasta que, finalmente, tienen que abandonarla, sin haber visto quién o qué la está ocupando.

Estaba cenando en la cocina cuando llamaron a la puerta la alemana y la japonesa.  En eso llegaron mis compañeros de piso, los alemanes, y al poco otra alemana más, y otra.  Y yo de vuelta en la cocina, con mi plato de tallarines con tomate y queso, y mi vaso de bebida, veía cómo iban llegando y cómo el sitio se quedaba pequeño.  Y mientras terminaba de cenar, allí estaban ellos tomando su cerveza y comiendo sus patatas, conversando un poco conmigo, mientras yo me sentía como un extraño, como un intruso en mi propia casa.

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